miércoles, 29 de octubre de 2014

AYOTZINAPA Y EL FACTOR ESTADOS UNIDOS.




AYOTZINAPA Y EL FACTOR ESTADOS UNIDOS.

Cuauhtémoc Rivera Godínez


Han pasado más de 30 días desde aquel 26 de septiembre en que fueron asesinadas seis persona, heridas más de una veintena y desaparecidos 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa en la ciudad de Iguala, en el estado de Guerrero, México.
Hasta el momento, la versión de las autoridades mexicanas, del PRI y de los periódicos y periodistas de paga, se estructura de una manera que oculta la realidad. Para ellos la masacre y las desapariciones son solamente un asunto “local”,  el cual se circunscribe a un cártel de narcotraficantes pagados por un narco presidente municipal y su esposa, y “un partido de izquierda”. Por lo tanto, sus “investigaciones” se limitan a “informar” que ese matrimonio es buscado por la policía, y a buscar fosas para encontrar los cadáveres de los normalistas.
Todo es una enorme mentira.
Enrique Peña Nieto esconde la verdad, y sus empleados a sueldo escriben y hablan repitiendo lo que les dictan desde el gobierno.
Los acontecimientos de Ayotzinapa, la masacre ahí efectuada, la forma de asesinar a los normalistas desollando a uno de ellos, la agresión a la Escuela Normal, el secuestro y desaparición de 43 estudiantes, la utilización de grupos paramilitares convertidos en cárteles de la droga, y la utilización de los narcopolíticos del PRD, son la forma de gobernar de actual PRI y de Peña Nieto, siguiendo los dictados de la política elaborada desde el gobierno norteamericano, en particular desde  su área encargada de la seguridad de ese país conocida como El Pentágono. Ayotzinapa va de la mano de Tlatlaya, Atenco y los más de cien mil asesinados en estos años.

Veamos  algunos elementos.

1. En la década de los 70 del pasado siglo, Estados Unidos aprendió que invadir los países para apropiarse de sus riquezas, le salía demasiado caro en costos políticos y al fin de cuentas perdía la batalla, Viet Nam es el ejemplo. En consecuencia diseñó una estrategia que le es más eficiente; destruir a las naciones por dentro, debilitarlas, erosionarlas, dividirlas, y para esto diseñó y ejecutó la formación de los cárteles de la droga y la famosa “Guerra contra las drogas”.
Con los cárteles de la droga lograba, por un lado, enriquecerse de manera gigantesca y a la vez, utilizar parte de esas ganancias para financiar grupos contra insurgentes en varios países del mundo, y para desestabilizar a gobiernos que no se sometían a él.
El financiamiento a la contra nicaragüense para derrotar al sandinismo, en donde utilizó al Cártel de Guadalajara de México comandado por Rafael Caro Quintero y la CIA norteamericana para enviar dinero a la guerrilla que se oponía al sandinismo y realizar actividades en contra del gobierno cubano, el apoyo a los grupos paramilitares y de narcotraficantes de Álvaro Uribe en Colombia y la invasión a Panamá en 1989 son solamente ejemplos de esta política norteamericana.

2. Así también, estas bandas de sicarios y paramilitares son utilizadas para realizar actividades de erosión del tejido social en los países. Siembran el terror social, paralizan a la población en los momentos de crisis políticas, sociales y económicas, difunden “ser invencibles” y la imposibilidad de desterrarlas del país, persiguen y ejecutan a opositores  de los gobiernos, corrompen las instituciones en todos los niveles y áreas, y se funden con las dirigencias de los partidos políticos, formando así los narcoestados, las narcociudades, los narcopolítcos con sus narcopartidos.
Todo para un solo fin: Ejecutar la política de expoliación de las naciones.  
Estados Unidos y las grandes trasnacionales se apropian de las riquezas naturales, del agua, de la biodiversidad, del petróleo, de las diversas fuentes de energía, de las minas y minerales y sobre todo, de los tejidos sociales, destruyendo la solidaridad, la vida comunitaria, las identidades nacionales, la colaboración, la amistad y la felicidad para levantar un tejido social basado en el miedo, la desconfianza, el individualismo, la discriminación, el racismo, el clasismo, la competencia, la indiferencia social, el rencor,  la deshumanización y el dinero como único fin en la vida y dios todopoderoso.

3. La Guerra contra las drogas se inició con Richard Nixon en la década de los 70, se profundizó con James Carter, Bill Clinton y los Bush, y se aplica con mayor rigor con el gobierno del Premio Nobel de la Paz Barack Obama.
Después de los acontecimientos de Las Torres Gemelas, en abril del 2002, El Pentágono decidió formar el denominado Comando Norte de ese organismo militar, el cual tiene como objetivo, entre otros,  “desactivar cualquier amenaza a la seguridad” de ese país desde el polo norte hasta el sur de México y parte del Caribe, incluyendo aguas del Atlántico y el Pacífico y por esto, cuidar los intereses de Estados Unidos en su fronteras, estableciendo estas al norte en Alaska y al sur en Guatemala y el Caribe. De acuerdo con un comunicado emitido por el  Pentágono “también será responsable por la cooperación en seguridad y coordinación militar con Canadá y México”,
Así, México queda bajo la jurisdicción militar del Comando Norte del Pentágono. Esto implica, que todos los organismos encargados de la seguridad en nuestro país, el ejército, la policía, las áreas respectivas de inteligencia militar y política quedan bajo el mando de Estados Unidos, y nuestro territorio es usado como base de entrenamiento y operación de sus cuerpos de seguridad como la CIA y el FBI.
Estados Unidos corrompe y erosiona los países y a sus gobiernos, luego los expone ante el mundo mostrando una hipócrita sorpresa, para así justificar la intervención de sus ejércitos, los cuales, nos dicen, salvarán al mundo del caos y de lo que ellos llaman “Estados Fallidos”.
Las declaraciones expresadas el pasado martes 28 de este mes de octubre por  del señor Josh Earnest, portavoz de la Casa Blanca en el sentido de que Estados Unidos se encuentra preocupado por la desaparición de los 43 normalistas mexicanos, están en este marco.



4. Ayotzinapa no es un accidente. Tampoco la decisión de un narcomatrimonio que decide “darle una lección” a los estudiantes normalistas. La masacre de Iguala y los 43 desaparecidos no sólo son las ambiciones descomunales de los narcopolítcos del PRD tanto estatal como nacional, nos son sólo las complicidades de estos con los priístas y con Peña Nieto. Ayotzinapa es la aplicación concreta de la forma de gobernar en este país llamado México bajo los dictados de Estados Unidos, las grandes trasnacionales, los diversos imperios y los grandes cárteles controlados y dirigidos desde ese imperio de Norteamérica.
El ahora gobernador con licencia Ángel Aguirre Rivero, no es sólo un alcohólico y narcotraficante. No es un delincuente a la altura del Chapo Guzmán, es mucho más que él. Aguirre Rivero ha sido, durante décadas, pieza clave para operar la guerra sucia en contra de las organizaciones sociales y democráticas en Guerrero.
Aguirre fue colaborador de Rubén Figueroa Figueroa, trabajó en coordinación con el general Arturo Acosta Chaparro y los grupos de narcotraficantes traídos del norte del país para cultivar marihuana en Guerrero y para combatir a las guerrillas de Lucio Cabañas y Genaro Vásquez en la guerra sucia de los 70.
Aguirre  fue el relevo de Figueroa Alcocer, autor de la masacre de Aguas Blancas y le ha garantizado impunidad  a ese asesino.
Aguirre es el responsable de la masacre de El Charco el 7 de junio de 1998 y fiel ejecutor de las políticas de contrainsurgencia del gobierno norteamericano,  en su interinato le declaró la guerra a la Normal de Ayotzinapa llegando al extremos de ordenar a su entonces secretario de Educación el señor Pioquinto Damián Huato  que “acusara a los normalistas de Ayotzinapa ante la Procuraduría General de Justicia del Estado de Guerrero de ser guerrilleros para poder encarcelarlos”. Y muchos perredistas ”olvidaron” que durante los 36 meses de interinato de Aguirre más de 60 miembros de ese partido fueron asesinados en Guerrero.
Aguirre ha combatido y encarcelado a decenas de luchadores sociales en estos tres últimos años de gobierno y fomentado el apoderamiento de los cárteles de la droga y paramilitares  de los órganos de gobierno en el estado de Guerrero.
Ángel Aguirre es el gran corruptor de los partidos políticos, reparte  dinero a manos llenas a las dirigencias nacionales, estatales y municipales para tenerlos cooptados y para que guarden silencio, ha ganado sus complicidades. Ese es Ángel Aguirre Rivero, el padrino al que todos elogiaban desde el PRD.



5. En la ciudad de Iguala se encuentra ubicado, desde la década de los 70, el 27 Batallón de Infantería del Ejército Mexicano. ¿Cómo es posible que Inteligencia Militar del Ejercito Mexicano no sabía que su base militar estaba instalada en un municipio dirigido por un narcopolítico? ¿Cómo es posible que esa información no llegó al Consejo Nacional de Seguridad ni a la Procuraduría  General de Justicia?
Y las preguntas pueden seguir, como interrogarnos si el gobierno de Estados Unidos no sabía de esta organización de narcotraficantes y su simbiosis con los narcopolítcos. ¿Acaso la aportación de 185 millones de Estados Unidos para el combate a las drogas en México por medio de la Iniciativa Mérida en este 2014 no son suficientes para tener información oportuna? ¿Acaso el embajador gringo en México, Earl Anthony Wayne, especializado en la lucha contrainsurgente y en la guerra contra las drogas en Irak y en Afganistan no sabía que Ángel Aguirre Rivero es narcotraficante y  se tomó la foto con éste de manera ingenua?
Algunos medios de comunicación han anotado que el día 26 de septiembre, a la media noche, la información de lo acontecido en Iguala ya estaba en la mesa del Peña Nieto. ¿Por qué no actuó? ¿Por qué dejó al narcopresidente municipal que se fugara? ¿Por qué nunca se detuvo a los cuñados del narcoalcalde ni a su esposa, dirigentes de Guerreros Unidos? ¿Por qué Jesús Zambrano no notificó a las autoridades que se entrevistaría con el narcoalcalde el 29 de septiembre en la Ciudad de México? ¿Es cierta la acusación de la senadora del PRD Dolores Padierna en el sentido de que en esa reunión se planeó la fuga de del narcoalcalde? ¿Por qué Aguirre no informó que se entrevistaría con la narco esposa del alcalde el mismo 29 de septiembre en el Palacio de Gobierno? ¿Qué fue lo que negoció el actual presidente nacional del PRD con Peña Nieto que le llevó a decir a Aguirre la noche del miércoles 22 de este mes de octubre “Ángel, te puede salir más caro, aquí te tiene el gobierno esto”  mostrando un expediente elaborado por el gobierno federal?
Todos se cubren, unos a otros, y cuando ya no es posible, quieren limitar el problema a un funcionario de menor jerarquía o al encarcelamiento de sicarios y policías.



6. La red de responsables de la masacre de Iguala con sus muertos y sus 43 desaparecidos nace en las oficinas del Pentágono Norteamericano, pasa por la residencia oficial de Los Pinos con Enrique Peña Nieto, por las oficinas del Procurador de la República con Murillo Karam, por el palacio de Gobierno en Guerrero, por los palacios municipales de Iguala,  Chilpancingo y Cocula,  por las oficinas del PRD y del PRI en Guerrero, en Iguala y el DF. Continúa por  muchos de los pasillos y oficinas de  la Cámara de Diputados y del Senado de la República, se extiende hasta las oficinas de Televisa y TV Azteca, los diarios Milenio, La Razón, El Universal y muchos pasquines más hasta cubrir a decenas de narcopolíticos mexicanos y sicarios a sus órdenes que operan como verdaderos grupos paramilitares.
No debemos olvidar que Peña Nieto llega a la presidencia apoyado por los cárteles de la droga y sus televisoras, por los narcoperiódicos y los bancos que lavaron dinero sucio.

7. La intención de la política norteamericana de aterrorizar a las poblaciones para que se queden paralizadas y no defiendan sus propiedades, sus vidas, sus comunidades, sus pueblos y sus naciones, está fracasando en México.
Ahí está los padres de los 43 muchachos quienes no han sido paralizados por el terrorismo de Estado, y muy por el contrario se abrazan a la vida con amor, cariño y coraje por sus hijos y en defensa de México.
Y junto a ellos millones de niños, niñas, jóvenes, jovenas, mujeres, hombres, ancianos, ancianas, de México y del mundo entero.

Ahí están, no se  rinden ni se derrotan. Ahí siguen. Encontrarán a nuestros hermanos.


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