Charlie
Hebdo: Una Reflexión difícil.
Por Boaventura de Sousa Santos
Traducción de José Luis
Exeni Rodríguez
La repugnancia total e incondicional
que los europeos sienten ante estas muertes debe hacernos pensar por qué razón
no sienten la misma repulsa ante un número igual o mucho mayor de muertes
inocentes como resultado de conflictos que, en el fondo, ¿tal vez tengan algo
que ver con la tragedia de Charlie Hebdo? En el mismo día, 37 jóvenes fueron
muertos en Yemen en un atentado con bomba. El verano pasado, la invasión
israelita causó la muerte de dos mil palestinos, de los cuales cerca de 1.500
eran civiles y 500 niños. En México, desde el año 2000 fueron asesinados 102
periodistas por defender la libertad de expresión y, en noviembre de 2014, 43
jóvenes fueron asesinados en Ayotzinapa.
El
repugnante crimen cometido contra los periodistas y dibujantes del semanario
Charlie Hebdo hace muy difícil un análisis sereno de lo que está implicado en
este acto bárbaro, de su contexto y precedentes, así como de su impacto y
repercusiones futuras. Sin embargo, este análisis es urgente, bajo pena de
continuar avivando un fuego que mañana puede alcanzar a las escuelas de
nuestros hijos, nuestras casas, nuestras instituciones y nuestras conciencias.
Ahí están algunas pistas para tal análisis.
La lucha
contra el terrorismo, la tortura y la democracia
No se pueden
establecer nexos directos entre la tragedia de Charlie Hebdo y la lucha contra
el terrorismo que los EUA y sus aliados están ejecutando desde el 11 de
septiembre de 2001. Pero es sabido que la extrema agresividad de Occidente ha
causado la muerte de muchos millares de civiles inocentes (casi todos
musulmanes) y ha sometido a niveles de tortura de una violencia increíble a
jóvenes musulmanes contra los cuales las sospechas son meramente especulativas,
como consta en el reciente informe presentado al Congreso norteamericano. Y
también es sabido que muchos jóvenes islámicos radicales declaran que su
radicalización nació de la revuelta contra tanta violencia impune. Ante esto
debemos meditar si el camino para frenar la espiral de violencia es continuar
con las mismas políticas que la han alimentado como ahora es demasiado patente.
La respuesta
francesa al ataque muestra que la normalidad constitucional democrática está
suspendida y que un estado de sitio no declarado está en vigor, que los
criminales de este tipo, en lugar de ser apresados y juzgados, deben ser
abatidos, que este hecho no representa aparentemente ninguna contradicción con
los valores occidentales. Entramos en un clima de guerra civil de baja
intensidad. ¿Quién gana con ella en Europa? Ciertamente no los partidos de
izquierda como Podemos en España o Syriza en Grecia.
La libertad
de expresión
Es un bien
precioso pero tiene límites, y la verdad es que la abrumadora mayoría de ellos
son impuestos por aquellos que defienden la libertad sin límites siempre y
cuando sea "su" libertad. Ejemplos de límites son inmensos: si en
Inglaterra un manifestante dice que David Cameron tiene sangre en las manos,
puede ir preso; en Francia, las mujeres islámicas no pueden usar el hiyab; el
2008, el dibujante Maurice Siné fue despedido de Charlie Hebdo por haber
escrito una crónica supuestamente antisemita. Esto significa que los límites
existen, pero son diferentes para diferentes grupos de interés. Por ejemplo, en
América Latina, los grandes medios, controlados por familias oligárquicas y por
el gran capital, son los que más claman por la libertad de expresión sin
límites para insultar a los gobiernos progresistas y ocultar todo lo bueno que
estos gobiernos han hecho por el bienestar de los más pobres.
Aparentemente,
Charlie Hebdo no reconocía límites para insultar a los musulmanes, incluso
cuando muchos de sus dibujos fueran propaganda racista y alimentasen la onda
islamofóbica y antiinmigrante que avasalla a Francia y a Europa en general.
Además de muchos dibujos con el Profeta en poses pornográficas, uno de ellos,
bien aprovechado por la extrema derecha, mostraba un conjunto de mujeres
musulmanas embarazadas, presentadas como esclavas sexuales de Boko Haram que,
apuntando a sus barrigas, pedían que no les fuese retirado el apoyo social a la
gravidez. De un golpe se estigmatizaba el Islam, a las mujeres y al Estado de
bienestar social. Obviamente que, a lo largo de los años, la mayor comunidad
islámica de Europa se fue sintiendo ofendida por esta línea editorial, pero fue
igualmente inmediato su repudio por este crimen bárbaro. Debemos, pues,
reflexionar sobre las contradicciones y asimetrías en la vida vivida de los
valores que creemos son universales.
La
tolerancia y los "valores occidentales"
El contexto
en que ocurrió el crimen es dominado por dos corrientes de opinión, ninguna de
ellas favorable a la construcción de una Europa inclusiva e intercultural. Las
más radical es frontalmente islamofóbica y antiinmigrante. Es la línea dura de
la extrema derecha en toda Europa y de la derecha cuando se ve amenazada por
elecciones próximas (el caso de Antonis Samarás en Grecia). Para esta
corriente, los enemigos de la civilización europea están entre
"nosotros", nos odian, tienen nuestros pasaportes; y esta situación
solo se resuelve liberándonos de ellos. La pulsión antiinmigrante es evidente.
La otra
corriente es la de la tolerancia. Estas poblaciones son muy distintas de
nosotros, son una carga, pero tenemos que "aguantarlas", hasta porque
son útiles; empero, solo debemos hacerlo si ellas son moderadas y asimilan
nuestros valores. ¿Pero qué son los "valores occidentales"? Luego de
muchos siglos de atrocidades cometidas en nombre de estos valores dentro y
fuera de Europa –de la violencia colonial a las dos guerras mundiales--, se
exige algún cuidado y mucha reflexión sobre lo que son esos valores y por qué
razón, según los contextos, ora se afirman unos ora se afirman otros.
Por ejemplo,
nadie pone hoy en duda el valor de la libertad, pero lo mismo no puede decirse
de los valores de la igualdad y de la fraternidad. Fueron estos dos valores los
que fundaron el Estado social de bienestar que dominó la Europa democrática
después de la segunda guerra mundial. Sin embargo, en los últimos años, la
protección social, que garantizaba niveles más altos de integración social,
comenzó a ser puesta en causa por los políticos conservadores y hoy es
concebida como un lujo inaccesible para los partidos del llamado "arco de
gobernabilidad". La crisis social causada por la erosión de la protección
social y por el aumento del desempleo entre jóvenes, ¿no será leña en el fuego
del radicalismo por parte de los jóvenes que, más allá del desempleo, sufren la
discriminación étnico-religiosa?
El choque de
fanatismos, no de civilizaciones.
No estamos
ante un choque de civilizaciones, incluso porque la cristiana tiene las mismas
raíces que la islámica. Estamos ante un choque de fanatismos, aunque algunos de
ellos no aparezcan como tales por sernos próximos. La historia muestra cómo
muchos de los fanatismos y sus choques estuvieron relacionados con intereses
económicos y políticos que, en realidad, nunca beneficiaron a los que más
sufrieron con tales fanatismos. En Europa y sus áreas de influencia es el caso
de las cruzadas, de la Inquisición, de la evangelización de las poblaciones
colonizadas, de las guerras religiosas y de Irlanda del Norte. Fuera de Europa,
una religión tan pacífica como el budismo legitimó la masacre de muchos
millares de miembros de la minoría tamil de Sri Lanka; del mismo modo, los
fundamentalistas hindús masacraron a las poblaciones musulmanas de Guyarat en
2003 y el eventual mayor acceso al poder que han conquistado recientemente con
la victoria del Presidente Modi hace prever lo peor.
Es también
en nombre de la religión que Israel continúa imponiendo la limpieza étnica de
Palestina y que el llamado Emirato Islámico masacra poblaciones musulmanas en
Siria y en Irak. ¿La defensa de la laicidad sin límites en una Europa
intercultural, donde muchas poblaciones no se reconocen como tales, será
después de todo una forma de extremismo? ¿Los diferentes extremismos se oponen
o se articulan? ¿Cuáles son las relaciones entre los yihadistas y los servicios
secretos occidentales? ¿Por qué los yihadistas del Emirato Islámico, que ahora
son terroristas, eran “combatientes de la libertad” cuando luchaban contra
Kadhafi y contra Assad? ¿Cómo se explica que el Emirato Islámico sea financiado
por Arabia Saudita, Catar, Kuwait y Turquía, todos aliados de Occidente? Una
cosa es cierta, por lo menos en la última década: la gran mayoría de las
víctimas de todos los fanatismos (incluyendo el islámico) son poblaciones
musulmanas no fanáticas.
El valor de
la vida
La
repugnancia total e incondicional que los europeos sienten ante estas muertes
debe hacernos pensar por qué razón no sienten la misma repulsa ante un número
igual o mucho mayor de muertes inocentes como resultado de conflictos que, en
el fondo, ¿tal vez tengan algo que ver con la tragedia de Charlie Hebdo? En el
mismo día, 37 jóvenes fueron muertos en Yemen en un atentado con bomba. El
verano pasado, la invasión israelita causó la muerte de dos mil palestinos, de
los cuales cerca de 1.500 eran civiles y 500 niños. En México, desde el año
2000 fueron asesinados 102 periodistas por defender la libertad de expresión y,
en noviembre de 2014, 43 jóvenes fueron asesinados en Ayotzinapa.
Ciertamente
que la diferencia en la reacción no puede estar basada en la idea de que la
vida de europeos blancos, de cultura cristiana, vale más que la vida de
europeos de otros colores o de no europeos de culturas basadas en otras
religiones o regiones. ¿Será entonces porque estos últimos están más lejos de
los europeos y estos los conocen menos? ¿Acaso el mandato cristiano de amar al
prójimo permite tales distinciones? ¿Será porque los grandes medios y los
líderes políticos de Occidente trivializan el sufrimiento causado a esos otros,
cuando no los demonizan al punto de hacernos pensar que ellos no merecen otra
cosa?
Publicado el 12 de enero 2015. por E. D. H Cuba
http://cubaendefensadelahumanidad.blogspot.mx/2015/01/charlie-hebdo-una-reflexion-dificil-por.html
Etiquetas: Boaventura de Sousa Santos Charlie Hebdo